Se trata de una condición común en perros, la cual puede ser causante de dolor a nivel de la rodilla, cojera y osteoartritis-osteoartrosis.
Se ha considerado tradicionalmente un proceso que afecta a razas toy y miniatura, pero recientemente se ha comprobado la aparición de la condición en perros de razas grandes (resaltar la incidencia del Labrador Retriever).
El origen del problema se encuentra en un desorden del desarrollo a nivel del miembro pélvico asociado a defectos anatómicos varios.
ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA
La rótula es un hueso sesamoideo que se encuentra en el tendón de inserción del músculo cuádriceps femoral. Su anatomía se ha de adaptar a la tróclea femoral, por donde discurre, de modo que adquiere una forma ovalada. Además el fibrocartílago que presenta a cada lado le permite articular con los márgenes trocleares.
Existen unos ligamentos denominados femoropatelares que discurren desde la rótula hasta la fabela en el aspecto lateral, y hasta el epicondilo femoral en la región medial.
El desplazamiento de la rótula a través de la tróclea femoral, es el que facilita en gran medida la extensión de la rodilla. El mecanismo extensor se encuentra formado por el grupo muscular del cuadriceps, la rótula y el tendón rotuliano.
RESEÑA E HISTORIA CLÍNICA
Como ya se ha mencionado dicha condición se identifica con mayor asiduidad en las denominadas razas toy y miniatura. También es posible detectarla en razas de mayor tamaño como los Bulldog, Staffordshire Bull Terrier, o incluso en otras como el Labrador Retriever.
La gran mayoría de pacientes tienen una edad inferior a 12 meses cuando se inicia la cojera clínica, pero en ocasiones no se desarrolla ésta hasta mas tarde.
Habitualmente el paciente manifiesta una cojera intermitente. Si la luxación se produce de forma repentina el paciente puede presentar de forma transitoria una cojera sin apoyo. Si el paciente consigue recolocar la rótula en el surco troclear mediante la extensión de la rodilla, la cojera desaparecerá.
SIGNOS CLÍNICOS
La sintomatología clínica dependerá del grado de deformidad, de la duración del proceso, así como de si es una o ambas rodilla/s la/s afectada/s. Puede encontrarse asociada una rotación interna de la rodilla afectada (genu varum).
Debe comprobarse el estado de los ligamentos cruzados, el rango de movilidad articular, así como detectar si existen crepitaciones en la articulación en cuestión.
CLASIFICACIÓN DE LA LUXACIÓN DE RÓTULA EN GRADOS:
- GRADO I: La rótula se puede luxar manualmente con la rodilla en extensión, pero inmediatamente ésta regresa a la tróclea femoral. En estos casos el desplazamiento medial de la tuberosidad tibial y la rotación interna suelen ser mínimos.
- GRADO II: En éste caso la rótula se encuentra normalmente en el surco troclear. Aplicando presión sobre la rótula en sentido latero-medial (o rotando internamente la tibia) conseguimos luxarla sin que esta regrese automáticamente al surco troclear. Si aplicamos a continuación presión en el sentido contrario conseguiremos devolverla a su posición anatómica. La tuberosidad tibial suele presentar una desviación medial superior a la encontrada en el grado I, y además puede existir una deformidad angular del fémur y la tibia.
- GRADO III: La rótula se encuentra permanentemente luxada. Aplicando presión sobre la misma, en sentido medio-lateral conseguimos reducirla en el surco troclear pero ésta vuelve a luxarse inmediatamente. Son comunes las desviaciones angulares-rotacionales del fémur y la tibia. La tróclea presenta una profundidad muy reducida o se encuentra aplanada.
- GRADO IV: Este es el caso mas avanzado, en el cual la rótula se encuentra permanentemente luxada en el aspecto medial de la tróclea femoral y no es posible su reposición manual en la misma mediante una presión en sentido lateral. Suelen aparecer contracturas musculares asociadas que reducen el ángulo de extensión de la rodilla. Las deformidades angulo-rotacionales son marcadas y la desviación de la tuberosidad tibial puede ser de hasta 90 grados en sentido medial. La tróclea se encuentra aplanada o convexa.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Se recomienda la realización de un estudio radiológico de ambas extremidades posteriores, para descartar otros problemas, ortopédicos así como para poder comprobar los grados de desviación angulares y rotacionales.
TRATAMIENTO
El tratamiento de dicha condición es quirúrgico, y será tratado en un próximo post.
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